sábado, 18 de octubre de 2008

El Brent a $70

En medio de este colapso de los precios petroleros, me pregunto qué le depara el futuro al gobierno de Hugo Rafael Chávez Frías. El presupuesto del gobierno nacional está basado en una cesta petrolera a 80 dólares el barril. El Brent del mar del norte, que sirve como un aproximado a la cesta venezolana, cerró el viernes a 70 dólares. Además, el presupuesto tiende a sobreestimar la producción de nuestra empresa petrolera estatal, PDVSA. Es de esperarse entonces que el gobierno venezolano va a tener que cortar su nivel de gasto.

Me pregunto qué efecto tendrá dicho corte del gasto público en la economía venezolana. ¿Cuáles serán los gastos que el gobierno decidirá disminuir? ¿Serán las misiones, el gasto militar, o la ayuda a otros regímenes izquierdistas en el exterior? De cualquier manera, habrá una contracción en la economía, y las ineficiencias del aparato bolivariano se harán sentir más, a medida que la capacidad financiera del gobierno de pagar por el pan y circo se contraiga. Esto debería de traer una caída en la popularidad del gobierno chavista, y con un poco de suerte, un incremento en la popularidad de la oposición.

Eso me trae al papel de la oposición. Su papel principal es la de aparecer como una coalición seria capaz de gobernar al país por este caos económico mundial. La oposición debe de presentar planes de gobierno alternativos al “bolivarianismo”. El país está sufriendo de las ineficiencias de un estado que abarca demasiado, un estado socialista. Entre los problemas que dichas políticas han creado están la falta de inversión privada en el país, la aceleración de la fuga de divisas, la corrupción generalizada, y la criminalidad desbordada. La oposición debe de presentar planes claros de gobierno para atacar dichos problemas.

La tentación opositora, como siempre, es la de la arrogancia y la impaciencia. Sabiendo que el gobierno de Chávez se va a hacer impopular, la oposición puede sentirse tentada a promover marchas, protestas, huelgas y otros tipos de movilizaciones populares. Este curso de acción es un error. La gente que apoyan a Chávez porque sienten afinidad con él verá en esas acciones intentos de desestabilización ilegítima. La oposición debe apelar a la razón de esa gente, sin hacerla temer que un gobierno alternativo les sería hostil. Si las masas no se sienten partícipes en la alternativa, la victoria de la oposición será imposible.

La oposición debe organizarse como una alternativa creíble al gobierno actual. Debe desarrollar planes para solucionar los problemas del país, y presentar dichos planes a las masas populares. Mientras presenten planes y soluciones, el pueblo los verá como una alternativa viable. Lo demás, es esperar que Chávez se siga estrangulando con la soga que se compró vendiéndole caro el petróleo al “imperio”.

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